Estos poemas dicen y hacen lo que esencialmente hace y dice la poesía: nos cuestionan, inevitablemente alteran nuestro mundo, tan frágil y tan hermético como el arte o la vida, nos cambian, nos consuelan, nos acompañan. Estos poemas invitan a pensar en Schumann y Bach, en Bonnard, Turner, Hopper, Hokusai, Munch, figuras del arte precolombino o japonés, en Anna Pavlova, en Vallejo y en Proust y tantos más.