De la inmensa galería de personajes que Benito Pérez Galdós nos dejó, tal vez sea este Torquemada el más apreciado por la que esto escribe. El autor publicaría en 1889 Torquemada en la hoguera, y entre 1893 y 1895 el resto de la serie: Torquemada en la cruz, Torquemada en el purgatorio y Torquemada y San Pedro. Francisco Torquemada es un prestamista que ha logrado amasar un interesante capital a base de prestar dinero con usura, exprimiendo sin piedad a los desgraciados que por necesidad caían en sus manos. Tacaño hasta llegar a la mezquindad, al principio de la historia Torquemada sufrirá el duro golpe de ver enfermar a su hijo, un niño prodigio, genio de las matemáticas. En esa crisis, su naturaleza quedará patente: aconsejado por amigos, trata de humanizarse y congraciarse con Dios, para rogarle que salve a su hijo. Sin embargo, su espíritu de negociante quiere convertir esa operación en un cambalache por el que compra con buenas obras la vida de su hijo. En conjunto, y siempre con este personaje de fondo, una serie de novelas impagables de uno de los mejores escritores españoles de todos los tiempos.