Traiciona las esperanzas más halagüeñas del hombre, separa familias, incita a la confusión organizativa y lanza naciones al caos. ¿Qué semilla maligna crece dentro de la mente humana que no sólo impide a los individuos “pensar con claridad”, sino que les obliga a poner en acción sus irracionalidades? Aquí, entonces, con el aislamiento del germen de la destrucción escondido dentro de la mente humana durante tanto tiempo, individuos, grupos, naciones y la civilización en sí pueden liberarse de las implacables consecuencias de la aberración.