Una sociedad al borde de la extinción (a causa de estériles guerras por el control del poder y de los recursos naturales) decide prescindir de los partidos políticos, de los ejércitos y de la religión para comenzar una nueva era. Se administra por medio de Consejos Temáticos (Educación, Justicia, Energía, Sanidad...), cuyos integrantes son elegidos por una sofisticada aplicación informática, entre las personas con la formación y la experiencia requeridas para el cargo, con un único mandato de cuatro años. Al no haber otros intereses que el bien común, pronto se supera el antiguo estatus social, puesto que las necesidades básicas (sanidad, educación, energía) están cubiertas y garantizadas para toda la población. Esta situación despierta recelos en otras sociedades donde la partitocracia es la forma de Gobierno oficial. Enseguida se desatan virulentos ataques, por lo que no se ve más opción que desempolvar las antiguas armas de los museos para luchar por la propia defensa y la supervivencia. Siempre hay algo de verdad en la leyenda.