Una economía en transformación como la de Mauritania necesita, para lograr la madurez, profundos cambios estructurales. Esto implica convertir la economía del país en otra más diversificada y compleja, sobre la base de un sector agrario más productivo, una industria transformadora y unos servicios modernos.
Mauritania es uno de los países de África occidental que, en los últimos tiempos, mejor ha sabido aprovechar los vientos internacionales favorables y convertirlos en altas tasas de crecimiento. En un escenario de estabilidad política, y con nuevos yacimientos de recursos naturales, Mauritania afronta el reto de traducir la riqueza en crecimiento inclusivo.
Sin embargo, para hacer frente a estos desafíos es preciso que el país construya carreteras, redes de energía e infraestructuras de regadío, mejore el clima de los negocios para atraer la inversión extranjera y desarrolle una fuerza de trabajo cualificada, para que los sectores de la minería, la industria, las pesquerías y el sector agrícola puedan competir a nivel global.