En su Lettre à Jimmy, Alain Mabanckou nos dice: “Hay más héroes en la sombra que a la luz”. Los nacionalistas relegados al olvido de la historia de la autodeterminación de la Guinea Ecuatorial nos traen incesantemente al recuerdo esa verdad; porque la machacona tesis de un proceso idílico tutelado por España desde la provincialización y la autonomía, o de un abandono de la colonia sin resistencia, no se resiste a tantas víctimas caídas en la arena de la reacción de estabilidad del Estado colonial; colonia de explotación mercantil, territorios españoles del golfo de Guinea, provincias españolas y después región autonómica fueron meras mutaciones camaleónicas... Empero, la narrativa generalmente aceptada quiere convencer, y lo ha conseguido a veces, de que tantos años
de ocupación, de comercio, de desprecio racial y de violencia se zanjaron con un mero intercambio de formalidades político-administrativas. Por eso leemos en casi todos los autores ecuatoguineanos, como en otros estudiosos de la historia de la independencia de Guinea Ecuatorial, que el proceso de descolonización se inició con la concesión del Estatuto de Autonomía... siendo los únicos héroes de ese proceso los indígenas Enrique Nvo y Acacio Mañé, desde una audaz proclama hecha en Mikomeseng en el año 1948.
J. F. Siale Djangany