Cuando todavía era un joven asistiendo a la universidad, L. Ronald Hubbard instó a los miembros de la facultad a que aplicaran los principios de la física al campo de la mente. Era un enfoque completamente nuevo. Y al ver que nadie aceptó el desafío, emprendió la tarea él mismo. Al poner de manifiesto una abundante cantidad de respuestas sobre los seres humanos y su potencial, él resolvió de hecho el acertijo que había representado la mente desde la noche de los tiempos. Y a consecuencia de ello, hoy en día millones de personas son más felices, tienen más éxito y son más capaces.