¡Salve al amor escrito en vuestros ojos,
a la luz corporal en el espejo,
al destello de sol en el reflejo
de otro sol estelar de rayos rojos!
¡Ave al amor que avienta los despojos
y anega en su caudal todo lo añejo,
devuelve juventud al tronco viejo
y muda en flor llovida los abrojos.
¡Viva el amor! No existe mayor gloria
ni ley con más vigor que nos ordene
cómo embriagar la vida y la memoria.
Porque quien nace para amar ya tiene
ganada la batalla y la victoria
que solo el propio amor amando obtiene.
Códice andalusí, 2014,
poema extraído de Sendero de Volúbilis